Tras varios días de incertidumbre,
ya hay fumata blanca en Andorra. Gori Silva se hace cargo del conjunto
minero hasta final de temporada tras la destitución de Pascual Sanz.
Los jugadores del equipo adelantarán su vuelta a los entrenamientos
para así preparar con más tiempo el próximo partido frente al Gandia, un
rival directo por conseguir la permanencia en Segunda División B.
El Andorra ocupa actualmente la
penúltima posición del grupo III de la Segunda División B. Los
turolenses han sumado en las primeras 18 jornadas ligueras un total de
16 puntos, a tan sólo dos de los puestos que permiten la permanencia en
la categoría a final de temporada. Tras la sorprendente destitución
de Pascual Sanz, la directiva andorrana ha decidido que el elegido para
que el equipo reaccione es Gori Silva. El técnico dirigió la pasada
campaña a La Muela, y a pesar de todos los problemas que rodearon al
club, Silva estuvo muy cerca de mantenerlo en Segunda B.
El
club aún no tiene cerrado el finiquito de Sanz, por lo que ni la
directiva ni el nuevo entrenador hablarán del asunto hasta que Gori
Silva no sea a todos los efectos el nuevo entrenador.
Junto a Sanz se va también su segundo y hombre de confianza, Alberto
Egea. Sí se quedan el preparador de porteros, Luis Aragón, y el
fisioterapeuta, Fernando Buil, que llevan varios años trabajando en el
club.
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